Los trastornos del aprendizaje como la dislexia, disortografía y disgrafía afectan a muchas personas y pueden presentar retos significativos en la educación y la vida cotidiana. Estos trastornos no están relacionados con la inteligencia. Más bien se vinculan a cómo el cerebro procesa la información. Entender cada uno de estos trastornos y cómo se pueden abordar es crucial para mejorar la calidad de vida de quienes los padecen. Acompáñanos a conocer más al respecto.

¿Qué es dislexia, disortografía y disgrafía?

Los trastornos del aprendizaje son condiciones neurológicas que afectan la capacidad de una persona para recibir, procesar, analizar o almacenar información. Estos trastornos pueden manifestarse en dificultades con habilidades específicas. Por ejemplo, la lectura, la escritura, el cálculo matemático o la atención.

Aunque varían en severidad, estos trastornos son permanentes. Ahora bien, con las estrategias y apoyos correspondientes, las personas afectadas pueden lograr un éxito significativo tanto en la escuela como en la vida. Hoy queremos hablarte sobre la dislexia, disortografía y disgrafía.

Se trata de trastornos que, si bien pueden afectar la calidad de vida, con el tratamiento adecuado pueden ser gestionados de manera exitosa. En Clínica Valdivia tenemos un equipo humano de vanguardia, que te ayudará a superar estos trastornos, e insertarte a la vida regular con éxito.

Dislexia

La dislexia es probablemente el trastorno de aprendizaje más reconocido. Se caracteriza por dificultades en la lectura. Los individuos con dislexia pueden experimentar problemas para identificar los sonidos del habla dentro de las palabras. También para aprender cómo esos sonidos se conectan con las letras y las palabras en la página. Esto puede resultar en problemas con la fluidez lectora, la ortografía y la comprensión de textos.

Disortografía

La disortografía afecta específicamente la escritura. Se manifiesta en errores ortográficos que no se deben a una falta de conocimiento de las reglas ortográficas. Más bien a una dificultad para aplicarlas. Esto incluye errores en la elección de letras para representar sonidos. También es común las confusiones entre palabras que suenan similar, y problemas con la estructura de las palabras y las frases.

Disgrafia

La disgrafía es un trastorno que implica una dificultad en la habilidad para escribir a mano. Aquellos con disgrafía pueden tener una escritura ilegible, inconsistente en tamaño y espaciado de letras. También mostrar una postura incómoda al escribir. Además, pueden tener problemas para organizar sus pensamientos en el papel de manera coherente.

¿Qué hacer ante la dislexia, disortografía y disgrafía?

El primer paso para abordar estos trastornos es obtener un diagnóstico adecuado. Una vez identificados, el tratamiento debe ser personalizado. Recordemos que cada persona es única y puede requerir diferentes enfoques y herramientas para superar sus desafíos específicos.

Tratamiento especializado de un logopeda

Los logopedas son especialistas en trastornos del lenguaje y el habla. Por ello, juegan un papel crucial en el tratamiento de la dislexia, disortografía y disgrafía. Mediante el uso de técnicas especializadas, ayudan a los pacientes a mejorar sus habilidades de lectura y escritura.

El tratamiento puede incluir ejercicios que fortalezcan la fonética, la comprensión lectora, la ortografía, y la coordinación motora para la escritura.

El trabajo del logopeda sobre la dislexia, disortografía y disgrafía se complementa a menudo con apoyo escolar. En algunos casos, se suma terapia ocupacional, especialmente cuando la disgrafía está presente. Los padres y educadores también juegan un rol fundamental en este proceso. Han de proporcionar apoyo continuo y oportunidades para practicar las habilidades en un entorno comprensivo.

En nuestra clínica, contamos con un equipo de logopedas y otros especialistas en aprendizaje que trabajan conjuntamente para proporcionar un enfoque holístico en el tratamiento de estos trastornos. Nos comprometemos a ofrecerte un ambiente de apoyo, donde puedas desarrollar las habilidades necesarias para tener éxito en el aprendizaje y más allá.

Visita nuestra página web, pide una cita y permítenos acompañarte a superar estos trastornos y desarrollar en pleno tus habilidades de comunicación.

Una de las principales preocupaciones de los padres es la situación académica de sus hijos. Si las cosas marchan bien, no suele existir ningún problema. Sin embargo, ¿qué puedo hacer si mi hijo no quiere estudiar? Vamos a tratar, a continuación, de conocer cuáles son las principales causas por las que un niño no quiere estudiar y qué medidas se pueden tomar para solucionarlo.

Hay niños a los que les cuesta mucho más motivarse para el estudio. En realidad, no se trata de una situación anómala, sino que ocurre con bastante frecuencia. La solución puede ser sencilla, pero es muy importante llegar hasta las causas principales por las que el niño pierde el hábito del estudio y sus resultados escolares comienzan a empeorar.

¿Por qué mi hijo no quiere estudiar?

Las causas por las que un niño no quiere estudiar son variadas. Pueden ir desde las más habituales (pérdida de la motivación o del hábito de estudio) hasta otras más complejas (trastornos del aprendizaje o emocionales, episodios traumáticos). Cualquiera de ellas requiere de una profunda atención de los padres y, en muchas ocasiones, de ayuda especializada.

Trastornos de aprendizaje

Una de las causas más habituales por las que mi hijo no quiere estudiar tiene que ver con los trastornos de aprendizaje. No todos los niños tienen las mismas capacidades para aprender. Muchos de ellos pueden tener una o varias dificultades para aprender incluso en aquellos casos en los no estén afectadas ni su motivación ni su inteligencia.

Podemos hablar aquí, por ejemplo, de trastornos del aprendizaje como la dislexia (dificultad en la lectura), la discalculia (dificultad con las matemáticas) o la disgrafia (dificultad con la escritura). Estos trastornos frustran al niño y lo llegan a desmotivar, hasta el punto de perder el hábito de estudio.

Trastornos emocionales

Si mi hijo no quiere estudiar, tal vez pueda estar sufriendo un trastorno emocional. Hablamos aquí de aquellas situaciones en las que los más pequeños no saben regular sus emociones. Son los casos en los que un niño se muestra mucho más irritable, triste o nervioso de lo normal, está más inquieto, se frustra fácilmente, etc.

La ansiedad, la depresión, el aislamiento, las malas conductas o la fobia social son también algunos de los trastornos emocionales más habituales en la infancia. Cualquiera de estos problemas pueden afectar al óptimo desarrollo psicoemocional del niño o el adolescente, dando lugar a problemas en la familia y en el colegio.

Episodio traumático

Otra de las causas por las que mi hijo no quiere estudiar es probable que tenga que ver con algún episodio traumático que haya sufrido. Una agresión física en el colegio o un posible caso de maltrato emocional de profesores o compañeros pueden provocar que el niño pierda todo el interés por acudir al colegio y lo vea como un lugar en el que no se siente a gusto.

Estos episodios traumáticos solo van a despertar en el niño situaciones de nerviosismo, inseguridad, agitación, retraimiento, tristeza, desmotivación, rabietas, etc.

TDAH

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es un problema que se caracteriza por la dificultad de mantener la atención en el niño, acompañado de hiperactividad y comportamiento compulsivo. A día de hoy, es uno de los trastornos del neurodesarrollo más frecuentes entre los niños.

Si bien es cierto que a los más pequeños les cuesta un poco más concentrarse y prestar atención, los niños con TDAH presentan con el paso del tiempo una sintomatología más acusada.

¿Qué puedo hacer para que mi hijo quiera estudiar?

En todos los casos anteriores, lo más recomendable, sin duda, es solicitar la ayuda de un profesional. En Clínica Valdivia somos especialistas en psicología infantil. Nos encargamos de identificar cuál es el problema por el que el niño no quiere estudiar y, en base a este problema, diseñamos el programa de intervención psicológica más adecuado.

Contamos, para ello, con una serie de programas de Apoyo Escolar que se dirigen a:

• La evaluación psicológica.
• El desarrollo y la reeducación de la lectura y la escritura.
• La estimulación de capacidades intelectuales.
• El aprendizaje de técnicas de estudio.

Ven a nuestro centro y daremos respuesta a tu pregunta de por qué mi hijo no quiere estudiar. Identificaremos las dificultades que tiene para aprender y diseñaremos el programa de reeducación más ajustado a sus necesidades.