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La atención a niños con dificultades de aprendizaje requiere un abordaje integral.

Los profesionales que trabajamos reeducando problemas de aprendizaje nos encontramos frecuentemente con niños con sentimientos de incapacidad y baja autoestima. Son niños que se comparan con sus compañeros y se sienten inferiores a ellos porque,  progresivamente, van tomando conciencia de que  aprenden más despacio, leen peor o sus escritos tienen más correcciones.

En edades más tempranas esos sentimientos se limitan a la autoimagen como estudiante. Sin embargo, a medida que el niño se  va haciendo mayor, la infravaloración y baja autoestima pueden generalizarse  a toda su persona, dando lugar a una sensación de incapacidad para afrontar los retos de la vida en general.

El trabajo con estos niños no puede obviar las complicaciones emocionales que suelen asociarse a los problemas de aprendizaje. Los profesionales debemos atender a esta doble vertiente,  reeducando las dificultades detectadas e intentando minimizar el daño emocional estimulando la autoestima y seguridad en sí mismo.

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