Se acerca el fin de curso y a los agobios propios de los exámenes de la última evaluación se añade el estrés que a muchos alumnos supone la toma de decisiones sobre sus estudios o futuro profesional: qué asignaturas escoger el próximo curso, qué modalidad de bachillerato cursar o qué carrera estudiar.

Desde muy jóvenes, a los 15 años (3º de la ESO),  los alumnos ya deben decidir entre seguir un itinerario de ciencias o de letras. Después viene la elección de la modalidad de Bachillerato y por último los estudios universitarios.  En algunos casos las aptitudes para determinadas asignaturas es evidente y el alumno tiene muy claro su elección. Son esos alumnos que tienen muy claro que las ciencias no se le dan y son claramente de letras, o aquellos que tienen perfiles técnicos muy marcados.

Pero  para la mayor parte de los alumnos es una decisión difícil, que a veces se toma influido por determinados prejuicios, como el muy extendido de que “los que van por letras son tontos y los listos son los de ciencias”. No son raros los casos de adolescentes que llevados por estos prejuicios eligen un bachillerato de ciencias que les cuesta aprobar o superan con notas más bajas de las que habrían obtenido si hubiesen hecho el de letras y, finalmente, eligen una carrera del ámbito de las ciencias sociales.

El curso pasado, nuestros psicólogos infantiles en A Coruña tuvieron ocasión de conocer un caso de estos. Un alumno de 2º de Bachillerato nos comentaba su frustración por no haber  obtenido la nota suficiente para entrar en la doble titulación  de derecho y administración de empresas. En la ESO había sacado una nota alta y se animó a hacer el bachillerato de ciencias influido por ese prejuicio de que los listos van por ciencias. Las notas que obtuvo en química, física y matemáticas le bajaron significativamente la media y no pudo cursar la carrera deseada.

Como padres, ¿cómo podemos ayudar a nuestros hijos a elegir su futuro? Consulta con nuestro equipo de psicólogos en A Coruña si necesitas apoyo

¿Cómo podríamos ayudar a nuestros hijos a elegir sus estudios? La respuesta parece fácil, invitándoles a hacer una reflexión sobre sí mismos, sus aptitudes, sus preferencias profesionales, el esfuerzo que están dispuestos a realizar e, incluso, su propia personalidad. Pero responder a estas cuestiones exige una capacidad de introspección que la mayor parte de los jóvenes van adquiriendo con la edad, pero no la tienen en el momento en que tienen que tomar estas decisiones. En estos casos puede ser de gran ayuda una  evaluación de sus aptitudes intelectuales y preferencias profesionales realizada por un psicólogo en A Coruña experto de la Clínica Valdivia.

Los test que evalúan las aptitudes intelectuales nos aportan información sobre los puntos fuertes del alumno, su rendimiento en  diferentes áreas, como el razonamiento verbal, no verbal, matemático, espacial, mecánico, etc. En función de su perfil se sugiere  la realización de estudios pertenecientes a un área del saber. Las pruebas de evaluación de preferencias profesionales no solamente identifican la profesión que al joven le gustaría desempeñar, sino también, si sus características de personalidad  son las apropiadas para el ejercicio de esa profesión y si le gustan las tareas que tendrá que realizar en su día a día. Estas cuestiones son de suma importancia y nos evitan situaciones complicadas de revertir, como la que viví hace años con una alumna de 5º de psicología, especialidad psicología clínica,  que llevaba un mes haciendo prácticas en mi consulta.

Un día me pidió dedicarle unos minutos para comentarme un problema personal y me planteó con angustia que siempre le habían gustado los contenidos de la carrera de psicología, pero que las prácticas le habían permitido darse cuenta de que la perspectiva de pasarse varias horas al día atendiendo a personas con problemas no le atraía nada. Afortunadamente sus circunstancias económicas le permitieron cursar un buen máster en recursos humanos y trabajar en ese área.